A veces, al pensar en la inmensidad del cosmos, me dan ganas de llorar.
Este planeta en el que vivimos, tan hermoso, con tantas voces. Y alla afuera rocas y gases flotando. Trozos de fuego en medio del vacio. En esta escala una mujer amamanta a su hijo. Otras voces deben estar hablando otros lenguajes alla afuera. O no.
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