Al igual que las ratas o las cucarachas, los perros callejeros son animales que lograron adaptarse a los entornos urbanos y que constituyen parte de su diversidad ecológica. Mientras los perros de casa fueron entrenados y altamente domesticados para convertirse en sucedáneos del afecto humano, los perros callejeros desarrollaron una especie de salvajismo urbano que fluctúa entre lo animal y lo industrial. En jaurías nocturnas, los perros callejeros devoran los desechos del consumo humano, protegen a los homeless y generan territorialidades propias que hacen del espacio público un espacio salvaje.
Esta especie está en vías de desaparición. La obsesión de occidente por la higiene y el control a través de las estructuras de la micro política han generado estrictas normatividades acerca de la posesión de los perros, que pueden ser considerados “el mejor amigo del hombre” siempre y cuando permanezcan en el entorno privado, pero que, afuera, son únicamente una plaga.
2 comentarios:
Hay cada perrito callejero! En el barrio donde vivía yo antes, Santa Catarina, hay un perrito callejero (aunque ya no estamos muy seguros de que no sean en realidad dos), que vive en la plaza o en los portales de algunas de las casas, y al que los vecinos ricos le dejan croquetas finolis. Los niños juegan con él. Es un pastor alemán peludito, precioso. Se baña en la lluvia. Descansa en la plaza. Es un perro callejero high class. Es felicísimo. Ya se que tu hablabas de perros más lumpens, pero me acordé de este: un verdadero perro subversivo.
ya lo pense mejor y creo que prefiero a los perros playeros... quiza no sean tan subversivos ni alternativos pero son la onda de la hueva!
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