ayer estaba profundamente dormida. No tengo idea de la hora pero sonó el teléfono y me desperté sacadisima de onda. Ella dijo: es mi terapeuta.
Me volví a dormir. Entonces aparecí en el nuevo museo de la UNAM y una de las obras era un teléfono negro antiguo en el centro de la sala. La obra consistía en que cada determinado tiempo el teléfono sonaba y el espectador podía tener una sesión de psicoanálisis live.
Me encanto esa pieza. Ojala algún día logre hacerla.
1 comentario:
Ojalá...y yo prometo ser espectadora muy activa.
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