no se si me dan ternura o hueva los artistas a los que no les gusta nada. siempre buscándole el pero a las piezas y castrándose el placer de disfrutar.
cada obra de arte tiene algo que ofrecer. ojala el corazón se pudiera abrir a recibir.
Bueno Lars, es curioso porque uno nunca sabe qué sentir. Por un lado están los que no disfrutan la obra ajena, por otro los que ni siquiera se gozan en la suya que es tan propia. Quizá sea el gusto por el disgusto, pero si es así entonces no crean un vínculo con la obra y se pierden en su autocomplacencia de sentir éste halo destructivo y juzgón dentro de sí mismos, te lo comento porque presiento que eso me ha pasado en alguna ocasión, y en efecto como te puede dar ternura o hueva ver y sentir dicha manía, que como bien lo has dicho, culmina en la castración del placer.
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Bueno Lars, es curioso porque uno nunca sabe qué sentir. Por un lado están los que no disfrutan la obra ajena, por otro los que ni siquiera se gozan en la suya que es tan propia. Quizá sea el gusto por el disgusto, pero si es así entonces no crean un vínculo con la obra y se pierden en su autocomplacencia de sentir éste halo destructivo y juzgón dentro de sí mismos, te lo comento porque presiento que eso me ha pasado en alguna ocasión, y en efecto como te puede dar ternura o hueva ver y sentir dicha manía, que como bien lo has dicho, culmina en la castración del placer.
Saludos
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