martes, 22 de marzo de 2011

Garrapatas, remoras y larvas en el alma

Hay pensamientos que se meten en la cabeza cuando uno es muy pequenho. Pensamientos que no tienen mucha relacion con la realidad pero que se pegan al alma como remoras. Crecen con uno, y cuando uno quiere pensar de otras formas se esconden, se vuelven invisibles, lo dejan pensar que es libre de creer lo que quiera pero siguen ahi, en el cerebro, reproduciendose como viejas grabaciones automaticas.

De ese tipo de pensamientos hay muchos que tienen que ver con la identidad. Larvas que se meten por las orejas acerca de lo que es uno y de lo que es el otro. Gusanos ideologicos sobre la nacionalidad, la raza, la clase social, la extranjeria. Larvas que nadie quiere que nos contagiemos, pero han anidado confortablemente en nuestros padres, nuestros maestros y nuestros amigos.

Hay algunos particularmente venenosos que tienen que ver con el genero. Garrapatas del alma.

Cuando uno es pequenho y uno pregunta directamente sobre las diferencias de genero, la tele, los maestros y los padres nos dicen responsablemente que varones y mujeres somos iguales, que sentimos, amamos y pensamos como seres humanos, y que las diferencias son mas de apariencia -la ropa- que de escencia. Nos dicen que papa nos ama de igual forma que mama y que nos amarian lo mismo si hubiesemos nacido mujeres o varones.

Nos dicen que tenemos los mismos derechos, a la comida, al amor, a la escuela.

Pero mientras nos dicen esas palabras que hacen que todos sonriamos y nos sintamos felices, los huevos de esas garrapatas se van metiendo por nuestros ojos, nuestros oidos y nuestra
piel.

Esas larvas se van pegando poco a poco en la corteza del alma, diciendonos que no. Que varones y mujeres no somos igual. Que si naci mujer seguro soy diferente, tal vez soy mas llorona, mas debil, mas sensible. Y mis amigos varones son mas intrepidos, mas fuertes y mas divertidos.Mi mama me ha de querer mas que mi papa y seguro que hubieran querido de otra forma si hubiese tenido pene -no se si mas o menos, pero de otra forma-. Y asi esas garrapatas me empiezan a succionar la felicidad, porque lo humano no es igual de humano siempre.

Una de esas ideas, quiza la que mas dolor me ha provocado, es el pensar que los varones no pueden amar plenamente. No es algo que yo quiero pensar, y si me preguntan en el terreno de la cotidianidad nunca confesaria tan horroroso pensamiento, pero hay momentos en que me descubro sintiendo-pensando asi.

Que remora tan cruel. Juzgar el corazon de alguien por la formacion de sus genitales. Pero a veces la sorprendo diciendome al oido: los hombres no se enamoran chido, los hombres sienten menos intenso, a los hombres solo les interesa el sexo y no el amor, los hombres son autoritarios y prefieren la estupidez ante la belleza espiritual.

Que nefasto. No se a cuantas personas he juzgado bajo esos preceptos.

Una vez me enamore de un varon y siempre senti que yo le amaba mas de lo que el a mi. Luego el me demostro que me amaba y entonces no le crei. No le crei. Y lo abandone en base a esa conviccion. Y lo lastime.

Me fue mas facil creerle a una mujer. Y estoy contenta porque esa decision fue afortunada, pero con los anhos me doy cuenta que no tenia que ver si sus genitales eran de una u otra forma, su ternura es suficientemente poderosa para poder esquivar a las garrapatas que me molestan con prejuicios sobre su nacionalidad o su pasado.

A veces creo que todas las decisiones importantes de los humanos son tomadas las mas veces por esas larvas del odio a la diferencia y el odio a uno mismo que por el corazon.

Donde esta la autonomia? Es acaso que nunca podremos sacudirnos y comenzar a pensar y vivir con libertad?

1 comentario:

Violeta Vázquez-Rojas dijo...

si mi abuela supiera cuánto cuesta, en dolor y en dinero, ese garrapaticida que empieza con "psiq", se la hubiera pensado un poco antes de acuñar su frase más memorable: "los hombres no quieren".