jueves, 16 de agosto de 2012

cristo y buda

cristo y buda son dos esculturas anatómicas.

no están vivos. ni muertos. son sólo esculturas.

representaciones del cuerpo que otros cuerpos adoran.

¿por qué así? ¿por qué una parte del planeta ama una escultura de un hombre sufriendo y la otra ama una escultura de un hombre pensando?

siempre me pregunté por qué no representar a cristo resusitado, iluminado, milagroso. nunca pude contestar esa pregunta. pero ahora que veo la escultura de buda, me pregunto por qué representar a un hombre que no es hombre, que no se relaciona para nada con el mundo.

esas dos esculturas se enfrentan y hablan de dos formas de entender el mundo. de entender lo humano y lo cósmico.

amamos la imagen de cristo porque en vez de ver a dios, ajeno y lejano, vemos a dios dispuesto a ser abandonado por sí mismo. dios mío por qué me has abandonado. eso dijo cristo antes de morir. dios abandonado por dios. dios miserable. dios dolido. dios vulnerable, fragil, estúpido, impaciente.

amamos la imagen de buda porque esta iluminado. porque ha encontrado la paz interior y nada del mundo podrá irrumpir esa paz. porque esa paz traerá paz al mundo. dios bondadoso, pero ajeno. dios egoista. dios superior, pleno, feliz, satisfecho, sonriente.

dos esculturas que proponen dos maneras de vivir: en la profundidad redentora del dolor, o en la iluminación personal hacia la paz.

pero nosotros, quienes no somos esculturas, experimentamos ambas vías todo el tiempo. somos cuerpos unas veces dolientes, otras iluminados. somos cuerpos apegados a la tierra, clavados a la tierra con coronas de espinas y somos cuerpos egoistas, centrados en nosotros mismos, desapegados e insensibles.

mientras cristo lo siente todo, buda no siente nada. mientras cristo sangra, buda sonrie. mientras cristo conflictúa a su pueblo, buda siente compasión por su pueblo.

ambos son dorados. ambos son una idea de lo divino, ambos tratan de explicarme quien soy yo.

No hay comentarios: