lunes, 31 de diciembre de 2012

...

Tengo... tengo como un dolor atorado en el alma que no me deja ni un segundo. No se de donde viene ni a donde va... es... como un tumor. Como un cáncer. Nunca lo había sentido con tanta claridad... un dolorcito... un a pequeña asfixia... no se de donde viene ni a donde va.

¿Dónde se aloja ese dolor? ¿cuál es su casa? ¿por qué no se va?

Es como si se hubiese manifestado algo que siempre estuvo ahí. Este no es un dolor reciente... ni es un dolor pasajero... es más un habito... algo que se había oscurecido o diluido, pero que siempre ha estado.

Tal vez ni siquiera podría llamarse dolor... tal vez es sólo una especie de incomodidad... un desajuste... una intuición de que algo no esta bien conmigo.

Algo parecido a una nostalgia... a una orfandad.

Así me he sentido siempre. Desde niña. Me he sentido huérfana. Y me sentido culpable por el sentimiento... mis padres siempre me han amado y cuidado y han estado ahí... pero... desde que recuerdo  me sentí así... huérfana... abandonada. Profundamente sola.

Y siempre he buscado la manera de solventar esa soledad... pero el hueco sigue ahí. Doliendo.

Como una nostalgia profunda. Como una certeza.

Tengo algo como un dolor atorado. Como un dolor que no se pasa. Como un duelo.

No hay comentarios: