miércoles, 19 de diciembre de 2012

Hogar

Durante mas de cinco meses he estado un poco homeless. Un poco aquí, un poco allá. En muy poco tiempo perdí mi casa, mi trabajo, mi esposa y mis perros. Lloré como no he llorado nunca. No fue una injusticia, fueron mis desiciones lo que me llevaron ahí. Y tal vez me equivoque, pero tal vez, tal vez, fueron decisiones correctas.

Nadie sabe.

El caso es que de unos días para aca he estado sintiéndome finalmente en casa. Hoy gire la llave de la puerta al entrar a este lugar y sentí una paz que hace mucho me había abandonado. La certeza de estar en casa. La certeza de que nada va a ocurrirme.

Nunca en mi vida estuve tan rota como he estado este año. Se va y me alegro. Entre mi divorcio y las elecciones... Pfff... Pero tambien este año estara marcado en mi memoria como el año en que ocurrieron milagros. El año en que mi vida cambio de curso y el tiempo en el que logré recuperarme.

Le agradezco con el alma a quienes me han hecho sentir en casa.

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