jueves, 14 de febrero de 2008

Recientemente he tratado de vislumbrar cuáles son los elementos comunes de una nueva generación en arte contemporáneo en México, centrada en los artistas que van de los 18 años a los 35, mas o menos. Es claro que los intereses de los noventa en el objeto, el encuentro, el cuerpo y el azar han quedado resagados en favor de la elaboración de conceptos mas aunados a la globalización, la digitalización y lo fashion. Me parece que los artistas de los dos miles están casi todos en búsquedas hiperformales aunadas al cada vez mas intenso interés por la fama. Es un proceso, creo, cercano a lo que ocurrió con el hiperrealismo en respuesta al arte conceptual de los setentas. Sin embargo, me parece que en este renovado interés por lo formal, las exploraciones conceptuales son de mayor intensidad. Una clara profesionalización en las artes ha desembocado en una mezcla de virtuosismo técnico con solidez conceptual enmarcado por un estilo de vida exitoso (loft, ipod, mezcal y aeropuertos). La fiesta si, pero nunca perdiendo el estilo.

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