martes, 1 de abril de 2008

La llegada de la primavera.

Trasbordo en Hidalgo con dirección Zócalo. Un río de seres humanos va en la misma dirección que yo. Son las doce del día. Hace calor. Entro al tren junto con otros seis o siete pasajeros. No hay lugar. Me quedo cerca de la puerta para bajar en tres estaciones.

Junto conmigo ha entrado un hombre de unos veinticinco años. Hermoso. Se queda parado frente a una mujer joven, quizá pronta a llegar a los treinta. Ella lo mira. Lo mira y lo desea. De pie, uno frente al otro, se sonríen ligeramente, esquivan las miradas, se buscan y se repelen. Ella tiene taquicardia. Siente un ardor en el bajo vientre. Cada vez están mas cerca, pero no hablan. El se moja los labios repetidas veces. Le sudan las manos.

Estación Bellas Artes. Mas gente. Casi nadie baja y casi todos se quedan cerca de la puerta. No puedo dejar de mirar a esos a los que el deseo se les escurre entre las piernas. Huele a feromona.

Están mas apretados. Ya casi no esquivan la mirada. El es moreno, no muy alto, muy fuerte, sus labios recuerdan a una flor de jamaica. Ella tampoco es alta, tiene los ojos brillantes, el cuerpo tibio. Y de pronto, sucede. El acerca su rostro al de ella peligrosamente. Ella no se mueve ni baja la mirada. El cierra los ojos. Ella mira sus labios. El la besa. La besa. La besa.

Todos alrededor estamos pasmados. Los miramos y somos contagiados por un deseo animal. Deseamos convertir el vagón en un manifiesto al amor libre. Pero nos contenemos y los miramos a ellos, bellísimos, comenzando el hermoso ritual de la reproducción humana. Estación Allende. Las puertas se abren deseantes. Ellos salen. El la toma y la recarga contra la pared, se besan y el la oprime con su cuerpo. Ella tiembla.

Se cierran las puertas del vagón y todos los que nos quedamos cruzamos una discreta mirada y una sonrisa complice. Silencio. Tensión. Me bajo en metro zócalo.

La primavera oficialmente ha llegado.

2 comentarios:

Ana Jácome dijo...

Y que Bienvenida sea!
(el metro, que cosa más bizarra, a mí me fascina literalmente pues)
un abrazo amiga

Violeta Vázquez-Rojas dijo...

qué cosa más chingona!