lunes, 10 de marzo de 2008

Acupuntura del universo

Por medio de ciertas circunstancias especificas poco comprensibles, pero indudablemente vitales, visite el día de hoy la antigua Secretaria de Relaciones Exteriores en la Plaza de las 3 Culturas en Tlatelolco, hoy convertida una parte en galería y memorial del 68 de la UNAM. Para quien no lo conozca, el complejo esta constituido por 3 edificios, uno que es un auditorio y la galería de arte mexicano, otro pequeño donde esta el memorial y el tercero, que es el imponente de 23 pisos y que es una imagen icónica de la arquitectura mexicana de la modernidad junto con la Torre de Banobras, la Torre Latino y el propio complejo multifamiliar de Tlatelolco. Dicha torre, permanece actualmente cerrada al publico que visita el ahora llamado Centro Cultural Tlatelolco y sera remodelada por la UNAM para convertirse en un campus de su escuela de lenguas. Dadas las labores que fui a realizar -una junta entre artistas- nos permitieron subir a los pisos 19 y 20 -los últimos antes de la azotea- y ya estando ahí pudimos accesar al helipuerto de la torre.

Tlatelolco es el centro geográfico de la Ciudad de México -no el zócalo, que es el centro político- y desde ese helipuerto se puede ver el valle de México en toda su extensión. Además, Tlatelolco es el territorio de la derrota: ahí sucumbió el ultimo bastión del poder mexica; ahí se acabo la revolución de 1968, ahí la modernidad y el proyecto priista se derrumbaron para siempre en 1985. Desde arriba de ese símbolo hecho arquitectura, los ojos se enfrentan a 180 grados de una urbe que parece una macro explosión, un cráter urbano que es al mismo tiempo la implosión de todo lo humano: la arquitectura, el deseo, la ideología, la historia. Estando ahí, en el centro del ombligo de la luna, de ese gigantesco cordón umbilical que conecta a México con el resto del universo, pude sentir la aguja invisible penetrándome y pentetrando la ciudad hasta el centro de la tierra, conectando con los otros puntos acupunturales de nuestro planeta: cada ciudad es un centro cósmico, de París a Delhi, cada urbe hace de nuestra tierra una gigantesca naranja cubierta de agujas, de deseos que permiten la existencia de todo lo que existe.

Lo humano en su belleza y su crueldad se erige como enclave real de la posibilidad.

3 comentarios:

Ana Jácome dijo...

Vaya suena a todo un sitio para conocer.
Me gusta la asociación, cuando estás recostado bajo el cuidado de un acupunturista y llena la piel de esas agujas, sí que sientes una conexión extraña. Es como dicen en el taichi(ayayayaya je): imagina que del centro de tu cabeza sale un hilo que te conecta con el universo. Interesante experiencia y, hablando de experiencias....
vamos a Stereo Total el sabadaba, no?
15 de marzo, salón caribe
$200 preventa y 250 ese día (preventa kong y discoteca)
ribera de san cosme 142, colonia san rafael. Ojala puedan aparecer x ahí.
Saludo mi escribidora Lars

Carlos Francisco Gallardo Sánchez dijo...

La ciudad: nuestro aleph borgiano. Desde las alturas, desde la perspectiva del ojo de Dios, ver la ciudad es ver nuestro mejor sueño o nuestra peor pesadilla en un sólo instante.
Un abrazo.

Imagen y Ficción dijo...

me gusta como escribes, se siente la soltura de lo plasmado en el blog.
sabes creo que tuviste un crecimiento importantísimo como artista, despues de realizar tu maestría.
me da mucho gusto haber sido tu alumna.

marimar gasca.